El aprendizaje es un proceso complejo donde el papel de la visión es crucial
En el desarrollo del aprendizaje tenemos rutas sensoriales de entrada de información como son la visión, la audición, el tacto, el gusto, el olfato y el equilibrio; toda esta información entra al cerebro y se realiza el procesamiento de la información obteniendo una respuesta que puede ser en forma de movimiento, conducta, lenguaje o función manual.
El ser humano va desarrollándose y progresando en niveles de aprendizaje. De manera que difícilmente conseguirá alcanzar un óptimo nivel de aprendizaje cognitivo si no ha desarrollado un óptimo aprendizaje motor (integración de reflejos primitivos) y si sus rutas de entrada (visión, audición, equilibrio, etc.) no están en correcto desarrollo. El desarrollo de la visión no se produce de forma aislada, sino que lo hace paralelamente al desarrollo motor. Si el individuo no ha establecido las conexiones neurológicas de forma adecuada, se producirán alteraciones o déficits en el procesamiento de la información visual.
Para ello, como optometristas, trabajamos la visión como sistema sensorial de entrada y a la vez como vía de salida, porque la calidad o maduración de la salida va a depender de la calidad de la entrada, además de su propia organización. Es por este motivo por el que realizamos varios trabajos motores durante nuestra intervención optométrica.